sábado, 20 de octubre de 2012

Siempre nos quedará París.



Siempre nos quedará París.

El título de este post está referido a un diálogo en la cinta Casablanca, protagonizada por  Humphrey Bogart (Rick) e Ingrid Bergman (Ilsa).  Es la despedida de Rick, quien pide a Ilsa que retome su vida junto a su esposo;  aquellos gratos recuerdos de la vida los podemos guardar y continuar por los sinuosos caminos que esta nos depara.  En lo particular tengo muchos muy buenos recuerdos que puedo compartir con ustedes: el primer empleo formal que conseguí, la felicitación de mi madre cuando logré terminar el bachillerato (yo fui un desastre, me metía en líos diversos y no pensaban que realmente terminara esos estudios), la titulación universitaria de mi hermana, el nacimiento de mis hijos, la borrachera que me puse con una novia a quien quise mucho, ja ja ja ja, en fin.
     
Ahora bien, el diálogo de la película Casablanca dice más o menos así,  la escena ocurre en el aeropuerto (la transcripción del diálogo es mía) justo al final de la cinta:

Ilsa- Lo dices porque quieres que me vaya.
Rick- Lo digo porque es la verdad. Los dos sabemos que tu lugar es con Víctor. Tú eres parte de su obra. Si no vas con él, te pesará. Quizá no ahora, pero más tarde, toda la vida.
Ilsa - ¿Y nosotros?
Rick- Nosotros siempre tendremos París. No lo teníamos hasta que viniste a Casablanca. Anoche lo recuperamos.
Ilsa- Y yo dije que nunca te dejaría.
Rick - Nunca me dejarás. También tengo obras que realizar. No puedes ser parte de lo que yo debo hacer.

No recuerdo qué edad tendría cuando vi por primera vez esta película. Me pareció una  novela como las que mi mamá y sus amigas veían en la televisión pública mexicana (cabe mencionar que la televisión en México puede ser de calidad técnica espectacular, de primer mundo, pero sus contenidos son pobres y aspiracionales).  Era muy chico aunque me llamaba la atención el tema de la película  que se repetía una y otra vez.  Tal vez volví a mirar la película hasta mucho tiempo después: en una tienda escuché esa tonada As time goes by,  y fui a mirar con mayor cuidado esa película de Warner Bros.  Un amor que es imposible de concretar tal como si se tratara de una tragedia.  Me enamoré de Ilsa (vamos, ¿quién no se ha enamorado de algún personaje en el  teatro, en la literatura, en la música?) y pensé que podría encontrármela en algún sitio cercano a la escuela. Nunca ocurrió.

                                         
 La película recibió premios, esos datos no los tengo pero aquí amablemente una chica de Chile los proporciona. En la trama de la cinta Rick tiene los salvoconductos que permiten a Víctor e Ilsa viajar fuera de Marruecos. Decide ayudar a Víctor, aunque le duele reconocer que Ilsa aún lo perturba emocionalmente. A pesar del ofrecimiento de Ilsa para quedarse a cambio de la salvación de Víctor, Rick se porta a la altura de los acontecimientos  y le entrega a la pareja los permisos de tránsito. Es un personaje maduro, responsable, con una máscara de educada frialdad. Sacrifica su amor ante los ideales que lo rigen: patriota, comprometido con la lucha antinazi, aunque confunde al espectador, pues pareciera que entregará a Víctor Lazlo a la policía para quedarse al lado de Ilsa Lund.  

 


Es la película Casablanca una de mis favoritas. Tal vez les puede dar flojera por el formato (blanco y negro, nada de sonido en Dolby 5.1 canales, etc.) pero puedo asegurarles que es una muy buena pieza que no puede faltar en nuestra colección (física o mental) de películas. El cine me ha gustado desde entonces. El tema del sacrificio en aras del bienestar de nuestro amado es tomado de forma atractiva y verosímil.  Y para finalizar la escena de Ilsa y Sam cuando ella pide que cante As Time goes by. Hasta me dan ganas de abrir una botella de whisy tal como hace Rick al quedarse a solas, rumiando para sí, su amor fallido. 
"Here's looking at you, kid".





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